Shakespeare.
ser sin tener; fregadero esponjoso, lino de vidrio y
pared reciclada. Cuarta dimensión, asco con sed y veis
que extraña mañana agita la jauría que el viento teje, los
hilos del ojo, inodoro abajo, telaraña y bombilla, fría
piedra alumbra sutil, caliente espuma.
Ángeles y murciélagos copulan. Es el ojo eructado, es
sangre del ácido esplendor que vierto y a la caída infringe.
POLIEDRO:
Mirad atrás, mirad que limpias las manos del
bulto,
podredumbre y espaldar, cabezas succionadas, la pata descolorida del rectángulo.
SOMBRA:
Herrumbre.
POLIEDRO:
Juega a Dios, juega a cortar la cabeza contra
cara
de terror y usura. Maloliente tarja y la suma antigua de los vasos sagrados, creencia del vuelo en el fondo y arriba,
de polvo abajo lo inusitado, ceniza de árbol podado si
abiertas las puertas temen que el miedo y escarcha del pez
aparezcan.
SOMBRA: Parimos lo oscuro, nada somos, parimos lo
oxidado siempre vamos; a dónde volvéis, a dónde, que lo
oscuro gire alfarero en los campos desiertos del miedo.
Sembramos brazos, relojes y las casas antiguas también
sepultadas. Un giro de costado respira el silencio; el agua
grita soldado el agua lenta empuja. A qué infundir una gota
de tiempo la memoria agujereada cayendo, y la época es
otra los Leones de aceite comienzan a hervir. En el fondo de
la ciudad un hombre como un perro de brazos
clamando: Qué somos, a dónde fuimos si el ir jamás
imaginamos.
POLIEDRO: Un
castillo para adorarme no un templo he
construido;
en las calles se
respira la
transparencia, es un pájaro barnizado de luz que escupo y exijo, una
cadena que muevo desde lo alto donde estoy para que en la
altura mi rostro con el de Dios se confunda; una línea
azul, un parque inundado de humo y parvedad, las plantas
de vinil y el alumbrado de gamuza multicolor para alabar.
Qué oiré‚ qué dejaré de oír y escuchar.
SOMBRA:
Por este medio le comunico que hoy es un día
especial
y no teniendo más licencia sin sueldo
acudo al llamado, acudo a la certeza microscópica de estar alerta.
POLIEDRO:
Cuatro caballos sin fuerzas no cuatro jinetes
son
los que necesitamos, que halen sin aliento los turrones de luz, que muevan los ríos y las selvas, oh, que a
patadas saquen el Armagedón, el filoso grumo, la esbelta
resonancia de las horas en cuya membresía esperamos.
Cuatro gordos y hermosos alazanes o la bestia inmunda
en calidad de préstamo.
SOMBRA:
Coronadme he sido y soy. Ego sum
qui sum
rodando
la manzana pensar en el suicidio es extraño
la gloria conozco no engañe más mis ojos que nada ciegan
piden:
Trozo de lodo carnicero
semilla durazno y
gondolarla cúpula en ceguera ocular
para del mar ser el primero.
dónde diré, áspid, estrella, yema de cal.
SOMBRA:
Una sola quiero una cara lunar, óvalo, espacio
más
dimensión quiero.
POLIEDRO:
Tenéis lo soñado, sin con soñar infundes
apetecido
y onírico empeño.SOMBRA: Una oscura pradera tampoco me convida.
POLIEDRO:
Patria puede ser humanidad, la bolsa
colgante
podría ser; qué puede ser lo que sin haber
sido y no siendo ya es.
SOMBRA: Let
it be.
Derechos reservados © Claudio Lahaba.
Código de registro: 1210032453364
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Hermoso, amigo. Un lirismo de tono filosófico profundo.
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